Dibujo: Kenny Ruiz
Color: Mazi
Año: 2007
Editorial: Eros Comix
(número 72, 73 y 76)
IDI: ESP
Estamos en las vaca,
vacaciones en el mar y cuando se revisa la obra de Kenny Ruiz, resulta
inevitable asociarlo con aventuras gráficas de gran aliento, como ‘El cazador
de rayos’ o la evocadora ‘Telémaco’, donde el autor despliega un trazo preciso
y dinámico, heredero del manga japonés pero profundamente arraigado en la
narrativa europea y la escuela Joso. Sin embargo, entre sus incursiones más introvertidas
por pervertidas y divertidas se encuentra ‘Vacaciones de verano’, publicada
bajo el sello de Eros Comix, una editorial especializada en cómic erótico.
A primera vista, podría
parecer un desvío menor en la carrera de un autor centrado en la épica y la
fantasía. Pero en realidad es una obra que revela otra faceta del mismo
lenguaje visual como el dominio del cuerpo, del ritmo, del encuadre expresivo y
de la narrativa del deseo.
Aquí, Ruiz se despoja de los
ropajes simbólicos del héroe o del mito y opta por una historia mucho más
mundana, directa y cercana. Lejos de caer en el erotismo simplón o funcional,
el cómic presenta personajes reconocibles y escenas cargadas de humor y
complicidad, donde la sensualidad es tan importante como la estructura del
relato. Lo explícito no sustituye a lo narrativo, se articula con él, pero lo
crudo domina el panorama ajetreado de lo diabólicamente sexual para mostrar sin
tapujos lo que no está escrito más allá del sexo oral.
El trazo de línea clara con
reminiscencias shōnen japonés mantiene su fluidez natural, su energía vital, y
la puesta en escena es ágil, con viñetas que respiran y salpican en medio del
acto sexual. Si en ‘Telémaco’ sorprendía por su forma de abordar el mito desde
el corazón del adolescente, aquí en ‘Vacaciones de verano’ se atreve a tratar
el sexo desde la sinceridad del juego, sin solemnidades innecesarias.
No es fácil hacer un cómic erótico
que funcione y Ruiz lo logra porque no olvida que el erotismo no nace solo del
desnudo, sino del contexto, del gesto y de la mirada. En ese sentido puede
leerse como una miniatura dentro de su corpus artístico, como una viñeta
traviesa en medio de un mural épico. Pero como toda miniatura bien realizada,
revela el pulso firme del artista y la amplitud de sus intereses. Una historia
como esta habla una vez más de su valentía creativa, su amor por el lenguaje
del cómic en todas sus formas pervertidas, y su voluntad de narrar sin
prejuicios.
Enlace cómic
https://mega.nz/file/Bu5SyDoI#cFpzHa7XuqPtUyWmaUuAxYNJQ4x6--XU74cjbYm6I5I
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