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domingo, 10 de julio de 2022

Arlerí

 



Arlerí

Autor, guion, dibujo y color: Edmond Baudoin

Año: 2009

Editorial: Astiberri

Colección: Sillón Orejero

IDI: ESP

 

El sexo lo contiene todo: la literatura, la danza, el teatro, la pintura y la duda mientras la mantiene dura.

Edmond Baudoin se desnuda en un viaje de introspección filosófica a través de su avatar, un viejo pintor de edad inconfesable para mantener la distancia con su joven modelo que posa desnuda expuesta mostrando sus curvas que son la esencia de la atracción entre la soledad de sus cuerpos y la naturaleza del amor y el deseo de TBO.

A través de la conversación el artista rememora todo lo que sabe del amor y  sobre la relación de los hombres y las mujeres con el sentimiento amoroso y el amor físico hablando en pájaro como un Arlerí, pequeño y frágil descerebrado, lo que da sentido a su poesía y melancolía, rellena de sensibilidad mientras mide la distancia del abismo que separa a hombres y mujeres y viceversa.

Un artista reconocido por su dibujo característico atrapado el dolor en su trazo libre acorde con la melodía de sueño de colores acuáticos que señalan mensajes de pasión y empeño en una viñeta que se visualiza fusionándose con el texto con todas sus consecuencias entre el pincel y el lienzo.

Una modelo desconocida y su debate de sexo y arte que comparte.

Cuando salí del colegio buscando trabajo me comieron lo de abajo  posando desnuda para fotógrafos y artistas. Los talleres más desagradables eran los de escultura, llenos de arcilla seca de esos pueblos, con la diferencia idiota de que no había briza, había un halógeno que bañaba mi piel de amarillo y varios jóvenes lujuriosos que me miraban con el deseo de follarme allí mismo, mientras mi cuerpo se convertía en yeso y el beso de una mujer completamente desnuda.

Con los fotógrafos era algo diferente, pagaban bien y si me gustaban les daba gusto. Eso me pasó con un fotógrafo de ojos azules y sexo prohibido. Lo sentí muy adentro como si todo fuese irreal. Apenas llegué al orgasmo me vestí a la velocidad de la luz, pero para no dejarlo sufriendo en el aire tuve que darle una ayudadita con la otra manita.

Siempre he sabido que los artistas son seres extraños, autores de una gran obra sensual que los libera de las pasiones. Son intensos y perversos tratando de sentir su libido al dibujar, lo que me hace ruborizar por un instante de su mágico erotismo gozando en su cuadro cargado de sexo explícito.

Enlace cómic

https://mega.nz/file/l081QYYJ#qwO8nIPYZxMbM_RSvPLJH5A4Mgp_YtPgqIt3jvpENE8

 

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