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domingo, 7 de septiembre de 2025

Groupies


Groupies

Guion: Helen Mullane

Dibujo: Tula Lotay

Color: Dee Cunniffe

Año: 2024

Editorial: Comixology Originals

IDI: ESP

Descubrimos el cómic Groupies  un universo de rock bañado en horror. La historia comienza en una noche salvaje en el Fox Club, donde las chicas más guapas y alocadas de Sunset Strip conocen a una banda emergente llamada The Moon Show, recién fichada por Asmodeus Records y la velada termina con chispas en el aire y una atmósfera inundada de promesas siniestras y  presencias ocultas. En la segunda entrega la historia se adentra más en personajes como Vera, cuya lucha interna de celos hacia la líder Lisa y la desaparición de una compañera llamada Amina amplían la tensión narrativa, revelando capas de misterio, rivalidad y poder emocional.

Debemos destacar  el espectacular arte que se puede describir como un sueño de drogas con slasher entre Halloween y Viernes 13 que se presenta como una pieza perturbadora y fascinante que mezcla horror sobrenatural, psicodelia setentera y la crudeza del rock & roll. A través del trazo envolvente de Tula Lotay y los colores vibrantes de Dee Cunniffe, la obra nos arrastra a un universo donde el brillo del rock se funde con el peligro, y donde las jóvenes groupies, ansiosas de notoriedad y experiencias extremas, se convierten en las protagonistas absolutas de un viaje tan seductor como destructivo. Mullane, en lugar de tratarlas como adornos secundarios, decide otorgarles voz, perspectivas múltiples y una dimensión psicológica que las aleja del simple estereotipo. Lo que en otros relatos habría sido un escenario masculino donde las chicas orbitan alrededor de la banda, aquí se transforma en un retrato coral de deseo, poder y vulnerabilidad.

El fenómeno de las groupies hunde sus raíces en la cultura juvenil de los años sesenta, cuando la euforia de la contracultura, la liberación sexual y el ascenso del rock como religión laica dieron origen a una nueva forma de fanatismo. Eran jóvenes que no solo seguían a las bandas por devoción musical, sino que buscaban una fusión casi mística con sus ídolos. En un contexto donde el sexo dejaba de ser tabú y se reivindicaba como expresión de libertad, muchas groupies vieron en las giras, camerinos y fiestas una vía de acceso a un mundo donde lo prohibido se volvía posible. Nombres como Pamela Des Barres, Bebe Buell o Cynthia Plaster Caster pasaron a la historia no solo como acompañantes de estrellas, sino como cronistas y protagonistas de un estilo de vida donde la frontera entre admiración, deseo y autodestrucción se desdibujaba cada noche.

En los setenta, la figura de la groupie se convirtió en mito y escándalo a partes iguales. El periodismo sensacionalista las presentaba como símbolos de decadencia, mientras que desde dentro de la escena musical eran vistas como parte del ecosistema inevitable de la fama. Muchas ejercían un poder real, influyendo en tendencias, alimentando leyendas y forjando la estética de una época. Sin embargo, también había un reverso oscuro de explotación, desigualdad de poder y dependencia emocional que siempre acababa en tragedia.

El cómic de Mullane juega con esta dualidad y lo lleva a un terreno sobrenatural donde el rock es un pacto con el diablo y las groupies so0n las intermediarias de energías ocultas que utilizan el sexo como ritual de invocación. La historia logra capturar la sensación de que lo que estaba en juego en aquellos años iba más allá de la música y era una experiencia espiritual donde los cuerpos se volvían territorios de culto oculto.

Hoy el fenómeno de las groupies se presenta de manera distinta. La industria musical ha cambiado, y con ella las dinámicas. Ahora las redes sociales permiten un contacto directo entre artistas y fans, lo que diluye la idea de un grupo reducido de seguidoras que viven físicamente en torno a una banda. El término “groupie” incluso carga con un peso negativo, asociado a estigmas de superficialidad o sumisión. Sin embargo, el espíritu de la devoción absoluta, del deseo de estar cerca de los ídolos hasta fundirse con ellos, sigue existiendo, aunque transformado en comunidades online, fandoms globales y experiencias digitales que reemplazan las antiguas giras interminables y los camerinos cerrados.

La obra nos recuerda que aquellas chicas no eran meros apéndices de los músicos, sino participantes de un fenómeno histórico donde la música, la sexualidad y la necesidad de trascender se entrelazaban. Al mismo tiempo, plantea una reflexión sobre lo que ha cambiado y lo que permanece, el deseo de pertenecer a algo más y el precio que se paga perdiendo la propia identidad.

Además, el símbolo que cuelga de la palabra 'Groupies' en la portada es el glifo astrológico de Plutón. En astrología y esoterismo, Plutón se asocia con la transformación, el poder oculto, la destrucción y la regeneración. También está relacionado con lo subterráneo, lo prohibido y lo que renace después de la muerte.

En este caso la mujer con el símbolo viste con un aire místico y contracultural, en sintonía con la estética psicodélica y oscura del cómic.


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