Mexicana Pelangocha
Guionistas: Tenoch, Lobo,
Príapo, El Marqués, San José Pecador
Dibujo: Ernesto Núñez, Ernesto
Cossío, Edmundo Molina; Ricardo Molina, Gustavo del Valle
Año: 2003
‘Las
historias aquí narradas son totalmente ficticias, por lo que no pretenden hacer
apología de conductas ni proponer maneras de solucionar problemas o situaciones
que se presenten en la vida cotidiana. Las actitudes y comportamientos de los
hombres y mujeres aquí representados no son modelo a seguir’
Con estas sinceras palabras
los artistas de estas obras por encargo escriben y dibujan con absoluta
libertad dando lecciones de moralidad donde un grupo de amigos tienen
relaciones sexuales mientras realizan acrobacias en un trapecio y Elba, que es
una mujer a quien le gustan mucho los hombres, debe soportar que todos eyaculen
antes de que ella pueda alcanzar el placer máximo.
Muchos y machos son los
estudios sobre la cultura mexicana, pero quizás el más sesudo e interesante de
estos estudios sea el de Ricardo Vigueras de Tebeosfera acerca del cómic porno
y la historieta pelangocha mexicana con representación
explícita de prácticas sexuales de cuerpos desnudos. Cómics llamados a ser los peores del mundo,
pero que saturan los kioscos del centro de las grandes ciudades mientras que la
crítica feminista los aborrece porque denigran a la mujer al convertirla en objeto de
deseo follable con argumentos de baja calidad.
Autores de prestigio como
Príapo, El Ángel o San José Pecador se afanan en famosas revistas como ‘Una
cana al aire’, ‘El consolador anónimo’, ‘El sofá del placer’, ‘Colegialas
ardientes’, ‘Golosas del sexo’, ‘Corridos perrones’, ‘Sabor a mi’, ‘Devórame
otra vez’, ‘Beso Negro’ y ‘Almas
perversas’ , historietas con ventas millonarias compradas masivamente por una
población que los consume de manera compulsiva y culpable.
Aquí presentamos ejemplos
perversos de las colecciones ‘Barrio Caliente’, ‘La calentura del Sexo’ y ‘Universitarias
calientes’ donde por andar de jairos le tronaron el Chicloso unas parejas cogen
desesperados albureando desacatados para llegar a un acuerdo sobre sobre el
chiquito llamado chiclos o son tributo de una tribu ¿por qué no se callan?
También gozareis de
‘Conexión Swinger’ , ‘Las delicias del placer’, ‘Pasiones ocultas’, ‘Relaciones
Obscenas’ y ‘Una cana al aire’. Donde los dibujantes son de un estilo mimético
con dibujos a color exuberantes de mujeres frondosas, con mucho pecho y
caderas, nalgas rollizas, y en general, un pelín gordas siguiendo la estética
de los años setenta.
Estos cómics responden a un
estímulo primario que deleita a su público con sus sesudos desnudos y sus sexos
peludos que ofenden. Una historieta mexicana imbécil, grosera y pretenciosa que
es un insulto al octavo arte y que con vistas a proteger la salud mental del
pueblo de México, merece la guillotina y el pelotón de ejecución.
Efectivamente se trata de
una literatura chabacana y maldita, no es una pornografía gozosa y divertida
como la de los fumetti italianos de los años setenta y ochenta, ni es una
pornografía transgresora como la de Levis o Pichard, ni dulce y perversa como
la de Manara, ni exquisita y culta como la de Crepax. Es una pornografía
cochambrosa, que sólo puede leer gente mala y fea de mente sucia. Es una
pornografía de la culpa.
A pesar de que están
mediocremente dibujadas y peor escritas, hay ilustraciones notables de trazo
vigoroso y atractivo, y muchas veces los guiones van más allá de las tópicas
situaciones de encuentro sexual para recrear con un lenguaje popular temas de
crítica social donde se denuncia la corrupción del sistema y muestra los
problemas sociales del máximo interés como el travestismo de trabolos, la prostitución
y los abusos sexuales atemporales.
Visto es que estamos ante la
cultura del albur, el ingenioso juego de palabras de contenido sexual que es
como un ajedrez mental asociado a todos los estratos sociales mexicanos y que
desde 1958 se popularizó en aquellos lares desglosando el lenguaje de las
calles de Ciudad de México y sus chilangos gustosos de alburear.
Por ello, aunque se tachen
de machistas por las feministas, la mujer es el principal motor de la historia.
Son mujeres deseables y dominantes, de armas tomar, exigentes y
temperamentales, capaces de llegar donde sea con tal de conseguir sus fines,
maquiavélicas pero no malvadas. Aunque sagrado, el hombre debe complacer a su
compañera con la lengua, gustoso para él y placentero para ella, y a
continuación el hombre y la mujer deben gozar de mutuo acuerdo. No hay ninguna
clase de denigración en la mujer ni en las prácticas sexuales que se muestran,
y además, algunas de estas revistas siempre insisten en la idea de que la mujer
no debe ser violentada.
Estos cómics paradójicamente
acaban por tener una función educativa y cultural, pues dictan patrones a seguir
que no siempre son negativos, buscan la cara amable del acto sexual y denuncian
las prácticas groseras castigando al pervertido y premiando la virtud.
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