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viernes, 4 de julio de 2025

El Extraño Doctor Mazsovitch

 



El Extraño Doctor Mazsovitch

Dibujo: Bruno Coq (COQ)

Escenario: Tina

Año: 1999

Editorial: Dynamite

IDI: ESP

 

El lector que se atreva a abrir las páginas de ’L’Étrange Docteur Mazsovitch‘ no hallará ciencia, sino pura alquimia del cuerpo y la voluntad. Entre collares de cuero, catres acolchados y jeringas enormes como símbolos fálicos, Bruno Coq nos arrastra sin anestesia a un territorio donde la moral se evapora, la autoridad se erotiza y el placer duele.

El protagonista, el Doctor Mazsovitch, no es un médico común, es un domador de carne que usa la ciencia como excusa para explorar la pulsión del dominio absoluto sobre la feminidad. Sus experimentos son castigos, sus pacientes, sumisas disfrazadas de voluntarias, y su laboratorio, una mazmorra donde todo está permitido

Bruno Coq, sobretodo no confundir con confundirse con Luis García Gallo pues ambos comparten el mismo alias Coq pero son autores diferentes,  nuestro Coq es nacido en Francia y permaneció activo en la escena del cómic erótico entre 1986 y 2003. Coq comenzó en revistas como Rebels y Bédé X, donde desarrolló un estilo áspero pero controlado, con figuras de gran carga sexual, siempre en tensión entre lo grotesco y lo estilizado. Obras como Le Directeur, La Secrétaire o Punitions pour Bella Postic fueron refinando su universo poblado de empleadas obedientes, sirvientas devotas, médicas convertidas en esclavas, y un eterno juego de poder que gira, cambia y se restablece con cada página.

A principios de los 2000, antes de su primera retirada, firma ‘L’Étrange Docteur Mazsovitch’, posiblemente su obra más depurada en cuanto a narración visual y fetichismo temático. Su narrativa es una carrera sexual desmadrada hasta la escena final de orgía sin fin. Las viñetas se rompen como los culos de las protagonistas que gozan por ‘vasus nefandus’ ante la perversión de los vicios.

Se retiró del cómic en 2003, dedicándose a la pintura y la música, aunque regresó en 2009 bajo el seudónimo Pitek con obras como ‘Poupée’ y ‘Vices & Novices’ (esta última obra también disponible en este mismo blog… antes de conocer que Coq y Pitek eran el mismo  autor).

La narrativa de Coq no necesita globos de diálogo extensos ya que los cuerpos hablan, suplican, se tensan, se abren, se inmovilizan. Sus rostros de grandes ojos, expresivos y exagerados, transmiten tanto la sumisión como el placer culpable. El trazo no busca belleza idealizada, sino verdad erótica sin filtros, aunque esté hipercodificada en los símbolos del BDSM: correas, corsés, máscaras, botas, camillas, varas, pezoneras, cinturones de castidad, sueros deformantes.

En Mazsovitch, el doctor manipula no solo cuerpos, sino roles. La asistente puede convertirse en conejilla, la paciente, en carcelera, y el sabio en esclavo de su propio deseo. Esa inversión de papeles es clave en la lógica sadomasoquista donde el poder se ejerce, se exagera y luego se subvierte y todo para mayor goce narrativo y visual.

Uno de los rasgos más perturbadores y genuinos  del cómic sadomasoquista según Coq es su ausencia total de juicio moral. En Mazsovitch, nadie sufre sin placer. Los castigos son placenteros, las inmovilizaciones voluntarias, las transformaciones, deseadas. Incluso cuando se representa la humillación extrema, hay complicidad. Este es un mundo donde el consentimiento está implícito en el género mismo, donde el lector acepta las reglas del juego apenas entra.

Coq no se escuda en la alegoría ni en la ironía. No hay denuncia, no hay trauma. Solo hay fantasía pura, cruda y ritualizada, vestida de pseudociencia o burocracia, como en ‘Le Directeur’ o ‘La Secrétaire’,Mazsovitch’ es solo otro escenario de dominación, pero quizá el más simbólico de todos, donde el cuerpo se analiza, se somete y se transforma.

 

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miércoles, 2 de julio de 2025

Chiisana Kanojo es AV Top

 



Chiisana Kanojo es AV Top

Autor: Shosan Bouzu (AKA Shioyama Bou,  Zetsubou Shiromuji)

Año: 2024

Editorial: dōjinshi erótico (obra auto editada) creado por el artista

IDI: ESP

 

Nos encontramos de nuevo con un cómic hentai de temática sexual explícita, con etiquetas como “loli”, “big breasts” y roles de AV, o sea que Chiisana es una niña ídolo ‘extremadamente joven’ con ‘grandes pechos’ que ha triunfado en los ‘Videos para Adultos’.

Se trata de un dōjinshi erótico que retrata el ascenso de una joven y aparentemente frágil chica al estatus de “Top AV Idol” , lo que sería en Japón una figura muy sexualizada y de hecho muy codiciada dentro del mercado japonés del entretenimiento para adultos. Publicado por un autor independiente bajo el círculo Shōsan Bouzu, la obra se adentra en el fetichismo por la juventud, la fragilidad emocional, y la aparente inocencia pervertida, características comunes dentro del subgénero loli y idol AV.

En Japón, una AV Idol es una actriz de cine para adultos que ha alcanzado un nivel significativo de popularidad. A diferencia de simples actrices porno, el término idol implica una construcción mediática de presencia en redes y gran relevancia en el fenómeno fandom, con entrevistas, apariciones públicas, y en ocasiones, transiciones al mundo del entretenimiento convencional.  Aunque la industria AV es legal y extremadamente lucrativa, aún se ve con ambivalencia en la sociedad japonesa. Las AV Idols son al mismo tiempo deseadas y marginadas. Algunas gozan de fama real, incluso más allá de Japón.  Las agencias manejan cuidadosamente la imagen pública, producciones y relaciones con los fans, creando algo muy similar al modelo idol pop, pero en contexto sexual.

El público principal de las AV Idols son hombres entre 20 y 50 años, aunque también existen fanáticos jóvenes y ocasionalmente mujeres. En Japón, muchos fans siguen a sus AV Idols como si fueran artistas pop y compran sus  DVDs, asisten a firmas de autógrafos y siguen su carrera con fidelidad. El fetiche por lo pequeño y  sumiso en obras como ‘Chiisana Kanojo wa AV Top’ se dirige a un público que busca lo transgresor, apelando a tabúes de forma indirecta mediante lo estilizado o caricaturesco. 

Cuando abrimos las páginas de ‘Chiisana Kanojo wa AV Top’, nos encontramos con algo más que un simple dōjinshi erótico. Lo que parece, a primera vista, una fantasía hipersexualizada de una joven idol del cine para adultos, se revela poco a poco como un ejercicio estilístico cuidadosamente orquestado. El autor no se limita a crear pornografía, construye una estética, una forma específica de mirar el deseo, que refleja tanto las obsesiones culturales del Japón moderno como las estructuras visuales del propio manga erótico.

Desde el primer momento, el lector se ve inmerso en una atmósfera que mezcla lo tierno con lo profundamente sexual. La protagonista es pequeña, de ojos inmensos y cuerpo estilizado, con senos desproporcionados y una presencia ambigua que mezcla juventud y experiencia. Bouzu juega aquí con el fetiche de la idol infantilizada, una figura que recuerda a las estrellas pop adolescentes, pero proyectadas sobre el escenario explícito del cine para adultos.

Sus rostros ruborizados, los labios entreabiertos, los gemidos escritos como suspiros gráficos… todo está diseñado para conducir la mirada del lector, para provocarlo emocional y visualmente. El autor no busca realismo anatómico, lo suyo es la fantasía estilizada. Las proporciones se distorsionan a propósito, no hay cuerpos reales en estas páginas, solo cuerpos construidos como objetos de deseo absoluto.

Pero el truco está en cómo se organiza todo eso en la página. Las viñetas rara vez tienen fondos detallados, la acción ocurre en un espacio visualmente limpio, casi estéril, donde el cuerpo de la chica es el único punto focal. Las composiciones se centran en ángulos íntimos, primeros planos de pechos, lenguas, lágrimas y fluidos. A menudo parece que estamos viendo a través de la lente de una cámara con planos bajos y perspectivas subjetivas que colocan al lector como personaje principal, con poses calcadas del cine para adultos. De hecho se trata de un homenaje visual del lenguaje cinematográfico AV, traducido al medio del manga.

Los detalles técnicos refuerzan esta intención con líneas finas y entintado ligero. Todo esto crea una ilusión de suavidad, incluso en medio del contenido explícito. Y por encima de todo domina el ritmo visual. Las escenas sexuales no son solo mostradas, sino coreografiadas, cada página lleva un pulso, una cadencia visual que dirige la emoción del lector como si fuera música sin notas.

No faltan, por supuesto, los recursos clásicos del hentai como el ahegao o los corazones en los ojos y las expresiones de placer desbordado. Pero incluso esos clichés están integrados con precisión. Más que simplemente chocar o excitar, buscan crear una narrativa del deseo, una imagen del cuerpo entregado, el pudor vencido y la transformación emocional de la protagonista.

El autor también juega con el diálogo moral, cuando la protagonista AV se llama Riruna y en la vida real con su novio se llama Runa, tratando de compartimentar su vida sexual entre la experimentada actriz y la inocente novia.

Al final es una obra que se mueve entre lo explícito y lo estéticamente calculado. No es inocente, es provocador y su autor demuestra un conocimiento profundo del lenguaje gráfico del manga hentai y del cine AV. Nos confronta no solo con el cuerpo dibujado, sino con la mirada que lo consume.


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