No debí haber ido a la
convención Doujinshi sin decirle a mi esposa
Autor: Minamoto
Año: 2019
Editorial: Meat Field
IDI: ESP
‘Me
saco de la manga este Manga’ sería una ‘Broma Asesina’ para introducir la obra
de Minamoto que presentó en el Comiket. El Comiket,
abreviatura de Comic Market, es
mucho más que una simple convención de cómics, es un fenómeno cultural que
reúne a cientos de miles de personas dos veces al año en Tokio. Nació en 1975
gracias a un pequeño grupo de estudiantes universitarios que buscaban un
espacio alternativo donde los artistas pudieran publicar y vender sus propios
mangas, los llamados dōjinshi, sin
depender de las rígidas estructuras editoriales tradicionales. Lo que comenzó
con unas pocas mesas y un puñado de asistentes se ha convertido con el paso de
las décadas en el mayor evento de su tipo en el mundo, celebrándose cada verano
y cada invierno en el inmenso recinto de Tokyo Big Sight.
En
sus pasillos, los llamados círculos dōjin
exponen sus cómics autopublicados que van desde historias completamente
originales hasta reinterpretaciones de series populares. El visitante no solo
encuentra obras que nunca vería en una librería convencional, sino también una
efervescencia creativa que ha nutrido a la propia industria del manga
profesional. Autores que hoy son célebres comenzaron vendiendo fotocopias
grapadas en Comiket, donde el contacto directo con los lectores les dio una
primera oportunidad.
La
convención es también un espectáculo visual gracias al cosplay. Miles de
asistentes se transforman en personajes de anime, videojuegos o cómics, y las
áreas destinadas a la fotografía se convierten en un desfile de creatividad y
color. Para muchos, Comiket es el gran escenario donde mostrar con orgullo esa
otra identidad que se construye a través del disfraz.
Por
eso este cómic que destaca por sus dibujos explícitos de sexo puro y divertido
es un ejemplo de esta pasión convertida en erótica provocación, donde la
protagonista descubre cómics hentai de su marido bajo la cama y que
periódicamente se escapa para asistir a estos eventos sin su consentimiento, o
sea que miento y bajo la pulsión lujuriosa del momento la mujer inicia una
historia ‘netorare’ que acabará de forma inesperada.
Nos
encontramos precisamente con un cómic hentai donde las viñetas sin censura desbordan
al lector con un buen dibujo y expresiones exacerbadas que rebosan energía
sexual y poética.
Poca
información tenemos sobre este autor llamado Minamoto, que quizás sea un moto
utilizado para preservar su intimidad intelectual. Si acaso su pasión por
compartir con los lectores sus dibujos y aventuras con un público dispuesto a
recibirlos sin prejuicios. Al mismo tiempo, representa el espíritu de lo amateur
como motor creativo en Japón y un recordatorio de que las tendencias, los
estilos y las innovaciones a menudo nacen en los márgenes antes de alcanzar la
corriente principal.
Quien
asiste descubre que Comiket no es solo un mercado, sino un ritual colectivo
donde se celebra la libertad de crear, disfrazarse y compartir, un espacio en
el que lo personal y lo comunitario se entrelazan en una de las manifestaciones
más puras de la cultura otaku.
Atención +18
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