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miércoles, 1 de octubre de 2025

No debí haber ido a la convención Doujinshi sin decirle a mi esposa

 



No debí haber ido a la convención Doujinshi sin decirle a mi esposa

Autor: Minamoto

Año: 2019

Editorial: Meat Field

IDI: ESP

 

‘Me saco de la manga este Manga’ sería una ‘Broma Asesina’ para introducir la obra de Minamoto que presentó en el Comiket. El Comiket, abreviatura de Comic Market, es mucho más que una simple convención de cómics, es un fenómeno cultural que reúne a cientos de miles de personas dos veces al año en Tokio. Nació en 1975 gracias a un pequeño grupo de estudiantes universitarios que buscaban un espacio alternativo donde los artistas pudieran publicar y vender sus propios mangas, los llamados dōjinshi, sin depender de las rígidas estructuras editoriales tradicionales. Lo que comenzó con unas pocas mesas y un puñado de asistentes se ha convertido con el paso de las décadas en el mayor evento de su tipo en el mundo, celebrándose cada verano y cada invierno en el inmenso recinto de Tokyo Big Sight.

En sus pasillos, los llamados círculos dōjin exponen sus cómics autopublicados que van desde historias completamente originales hasta reinterpretaciones de series populares. El visitante no solo encuentra obras que nunca vería en una librería convencional, sino también una efervescencia creativa que ha nutrido a la propia industria del manga profesional. Autores que hoy son célebres comenzaron vendiendo fotocopias grapadas en Comiket, donde el contacto directo con los lectores les dio una primera oportunidad.

La convención es también un espectáculo visual gracias al cosplay. Miles de asistentes se transforman en personajes de anime, videojuegos o cómics, y las áreas destinadas a la fotografía se convierten en un desfile de creatividad y color. Para muchos, Comiket es el gran escenario donde mostrar con orgullo esa otra identidad que se construye a través del disfraz.

Por eso este cómic que destaca por sus dibujos explícitos de sexo puro y divertido es un ejemplo de esta pasión convertida en erótica provocación, donde la protagonista descubre cómics hentai de su marido bajo la cama y que periódicamente se escapa para asistir a estos eventos sin su consentimiento, o sea que miento y bajo la pulsión lujuriosa del momento la mujer inicia una historia ‘netorare’ que acabará de forma inesperada.

Nos encontramos precisamente con un cómic hentai donde las viñetas sin censura desbordan al lector con un buen dibujo y expresiones exacerbadas que rebosan energía sexual y poética.

Poca información tenemos sobre este autor llamado Minamoto, que quizás sea un moto utilizado para preservar su intimidad intelectual. Si acaso su pasión por compartir con los lectores sus dibujos y aventuras con un público dispuesto a recibirlos sin prejuicios. Al mismo tiempo, representa el espíritu de lo amateur como motor creativo en Japón y un recordatorio de que las tendencias, los estilos y las innovaciones a menudo nacen en los márgenes antes de alcanzar la corriente principal.

Quien asiste descubre que Comiket no es solo un mercado, sino un ritual colectivo donde se celebra la libertad de crear, disfrazarse y compartir, un espacio en el que lo personal y lo comunitario se entrelazan en una de las manifestaciones más puras de la cultura otaku.

 

Atención +18

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